PENSAR

Etapa de Activación Cognitiva: Guía del Instructor y Planificación Estratégica
En esta etapa inicial del proceso de aprendizaje dentro de una metodología activa y centrada en el estudiante (como el Aprendizaje Basado en la Resolución de Problemas, Aprendizaje Basado en Proyectos o el Modelo de Aula Invertida), el advisor o instructor cumple un rol clave como facilitador cognitivo. Su función principal no es simplemente “enseñar”, sino activar los procesos mentales de los estudiantes, promoviendo una disposición activa hacia el aprendizaje.
Recorrido Guiado por el Contenido
El recorrido guiado no se limita a una explicación lineal del tema. Consiste en una navegación estratégica por los conceptos clave, diseñada intencionalmente para despertar la curiosidad, anticipar desafíos cognitivos y vincular los nuevos contenidos con conocimientos previos. Aquí, el instructor:
- Contextualiza el contenido, conectándolo con situaciones del mundo real, especialmente relevantes en áreas STEM.
- Presenta preguntas generadoras o detonantes que estimulan el pensamiento crítico.
- Fomenta la observación activa y el diálogo reflexivo.
- Evita entregar respuestas directas, enfocándose en modelar formas de pensar y estrategias de análisis.
Invitación a “Pensar” en la Actividad
La expresión “pensar” implica más que simplemente comprender las instrucciones. El docente invita a los estudiantes a anticipar, predecir, cuestionar y planificar su aproximación a la tarea. Este paso es fundamental para el desarrollo de habilidades metacognitivas. El estudiante debe reflexionar sobre:
- ¿Qué se me está pidiendo?
- ¿Qué sé al respecto?
- ¿Qué necesito aprender o investigar?
- ¿Qué estrategias puedo usar para resolverlo?
- ¿Cómo me organizo para abordar esta práctica?
Esta invitación al pensamiento también promueve el desarrollo del mindset científico: formular hipótesis, explorar posibilidades y evaluar riesgos, habilidades esenciales en disciplinas STEM.
Inicio de Procesos de Planificación
La planificación es un componente estructural del aprendizaje efectivo en STEM. Aquí, el estudiante empieza a:
- Delimitar el problema o reto que se va a resolver.
- Organizar recursos, tiempo y roles (en caso de trabajo colaborativo).
- Diseñar una ruta de solución, esbozando posibles métodos o estrategias (por ejemplo, algoritmos, esquemas de investigación o experimentación).
- Anticipar obstáculos y pensar en posibles alternativas.
Durante este proceso, el instructor actúa como andamiaje cognitivo: orienta, hace preguntas desafiantes, observa sin intervenir en exceso, y asegura que todos los estudiantes estén comprometidos y comprendan lo que se espera de ellos.
Esta etapa es esencial porque establece las bases del aprendizaje autónomo, estratégico y consciente, que es la piedra angular en la formación en STEM. Lejos de ser una simple introducción, se trata de una fase de activación profunda del pensamiento, que posiciona al estudiante como protagonista y constructor de su propio conocimiento.
HACER

La etapa “HACER” representa uno de los momentos clave dentro de metodologías activas de enseñanza-aprendizaje en entornos STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). En esta fase, los estudiantes ejecutan las actividades o acciones planificadas, poniendo en práctica sus conocimientos, habilidades y estrategias para resolver un problema, construir un prototipo, realizar un experimento o desarrollar una solución técnica.
Durante esta etapa, el énfasis está en la acción deliberada. Los estudiantes no solo siguen instrucciones, sino que implementan su propia interpretación del desafío, aplicando lo aprendido durante las etapas previas de análisis, investigación o diseño. La planificación previa —generalmente realizada en la fase “PENSAR”— se convierte ahora en una guía de acción que orienta sus decisiones y procedimientos.
Características fundamentales de la etapa “HACER”:
- Ejecución consciente y reflexiva:
Aunque es una fase práctica, no se trata de hacer por hacer. Cada acción debe estar fundamentada en una intención clara y en una estrategia previamente definida. Los estudiantes deben justificar sus elecciones, ajustando su trabajo si detectan inconsistencias. - Producción auténtica:
Las soluciones o productos deben ser originales y creativos, alejándose intencionalmente de los ejemplos o modelos que se presentan en las guías. Estos ejemplos cumplen un rol orientador o inspirador, pero no deben ser replicados literalmente. Se busca fomentar el pensamiento divergente y la innovación. - Aplicación del conocimiento integrado:
Aquí se evidencia la integración de conocimientos, permitiendo a los estudiantes utilizar conceptos de forma aplicada. Se fomenta la transferencia de conocimientos a contextos reales o simulados. - Trabajo colaborativo y solución de problemas en tiempo real:
Durante la ejecución, surgen desafíos imprevistos. Los estudiantes deben colaborar, discutir, tomar decisiones y resolver problemas de manera cooperativa, desarrollando habilidades socioemocionales como la comunicación efectiva, la resiliencia y la gestión de conflictos. - Iteración y mejora continua:
El producto inicial rara vez es el final. En esta etapa es común que los estudiantes deban probar, evaluar, ajustar y volver a construir o modificar su solución, desarrollando así un enfoque de mejora continua.
Importancia de alejarse de los ejemplos guía
Pedir que las ideas de los estudiantes sean distintas a los ejemplos de las guías no es un capricho didáctico, sino una estrategia intencionada para estimular la creatividad, la autonomía y la capacidad crítica. Reproducir un ejemplo no permite identificar qué tanto ha comprendido el estudiante, mientras que proponer una solución nueva demuestra apropiación del conocimiento y habilidades de síntesis.
Este principio también combate el aprendizaje mecánico o memorístico, tan común en modelos tradicionales, y lo reemplaza por un enfoque activo, constructivista y centrado en el estudiante como protagonista de su aprendizaje.
En resumen, la etapa “HACER” no se limita a ejecutar instrucciones, sino que constituye un espacio para experimentar, crear, aplicar y transformar el conocimiento en productos tangibles y significativos. Es en este momento cuando el aprendizaje cobra vida, y donde los estudiantes comienzan a consolidar su identidad como solucionadores de problemas, innovadores y pensadores críticos, características fundamentales en cualquier formación STEM.
REVISAR

Esta etapa no se limita únicamente a verificar el resultado final, sino que implica un proceso de evaluación continua, reflexión crítica, autoevaluación y mejora.
Objetivos de la fase “REVISAR”
- Verificar cumplimiento de la planificación:
Se busca constatar si los estudiantes han seguido las fases de trabajo previamente estructuradas, tales como:- Investigación inicial.
- Diseño de soluciones o propuestas.
- Desarrollo o implementación del proyecto.
- Documentación del proceso.
- Confirmar que se han seguido las instrucciones dadas:
Las guías proporcionadas al inicio del proyecto establecen criterios claros, instrucciones paso a paso y expectativas de calidad. En esta fase, los estudiantes deben contrastar su trabajo con esas instrucciones para asegurarse de que no han omitido ningún requerimiento.
Importancia en el enfoque STEM
La fase “REVISAR” es coherente con el espíritu del pensamiento científico y del diseño ingenieril, donde iterar, comprobar, validar y corregir son prácticas comunes. Fomenta habilidades transversales como:
- Pensamiento crítico.
- Atención al detalle.
- Autonomía en el aprendizaje.
- Responsabilidad y trabajo ético.
Herramientas y estrategias recomendadas
- Pares evaluadores para generar retroalimentación entre compañeros.
- Checklists o listas de verificación.
- Revisión guiada por el docente con preguntas orientadoras.
La fase “REVISAR” va más allá de una simple comprobación final. Es una etapa rica en aprendizaje, en la que se consolida lo aprendido, se reconoce el esfuerzo realizado y se promueve una cultura de mejora continua. Es una oportunidad para que los estudiantes se conviertan en agentes activos de su propio proceso educativo, desarrollando las competencias que demanda el mundo real, especialmente en contextos STEM.
COMPARTIR

Esta fase trata de establecer una dinámica de intercambio genuino de conocimientos, experiencias y aprendizajes adquiridos durante el proceso. En el contexto de la educación STEM, esta etapa cumple una función clave: fomentar el desarrollo de competencias comunicativas, reflexivas y colaborativas, todas esenciales para el trabajo científico y tecnológico del siglo XXI.
¿Qué implica realmente “Compartir”?
Durante esta etapa, los estudiantes deben mostrar a otros el trabajo que han desarrollado en equipo, lo cual incluye tanto los productos tangibles del proyecto (prototipos, modelos, soluciones, experimentos, etc.) como el proceso seguido: las decisiones que tomaron, los problemas que enfrentaron y las estrategias que utilizaron para resolverlos.
Compartir no es solo “exponer”, sino abrir un espacio de diálogo horizontal con otros equipos, docentes, padres o incluso la comunidad. Aquí entra en juego un concepto clave: el Co-Learning, o aprendizaje colaborativo.
¿Qué es el Co-Learning y por qué es importante?
Co-Learning significa literalmente “aprender en conjunto”. En lugar de una estructura tradicional donde un solo actor (el docente) es quien transmite el conocimiento, en el Co-Learning todos los participantes se convierten en aprendices y, al mismo tiempo, en facilitadores del aprendizaje de otros.
En la etapa “Compartir”, esto se traduce en:
- Escuchar y aprender de las experiencias de otros equipos.
- Recibir retroalimentación (feedback) y utilizarla para mejorar los propios procesos.
- Inspirarse en otras soluciones y puntos de vista para reformular o ampliar ideas propias.
- Enseñar a otros lo que uno ha aprendido, reforzando así su propio entendimiento y desarrollando habilidades metacognitivas.
Beneficios del Co-Learning en la etapa “Compartir”
- Construcción colectiva del conocimiento: el aprendizaje no es individual, sino que se construye en comunidad.
- Desarrollo del pensamiento crítico y reflexivo: al explicar, argumentar y defender su trabajo, los estudiantes profundizan en su comprensión.
- Fortalecimiento de habilidades comunicativas: tanto orales como escritas, esenciales en contextos profesionales.
- Fomento de la humildad intelectual: reconocer que siempre se puede aprender de otros, sin importar el nivel de experiencia.
- Mayor motivación y sentido del propósito: saber que su trabajo tiene valor para otros aumenta el compromiso del estudiante con su propio proceso de aprendizaje.
Estrategias para facilitar esta etapa como docente
Como facilitador del aprendizaje, es clave:
- Diseñar espacios seguros para la presentación y retroalimentación entre pares.
- Proponer rúbricas o guías que orienten tanto la exposición como la observación y evaluación entre equipos.
- Incluir momentos de reflexión posterior (metacognición) para que los estudiantes reconozcan lo que aprendieron al compartir.
- Vincular esta etapa con habilidades del mundo real: presentaciones profesionales, pitchs de proyectos, foros de discusión, etc.
La etapa “Compartir” es mucho más que el cierre de un proyecto: es una oportunidad de oro para consolidar el aprendizaje a través del Co-Learning, una estrategia que no solo enriquece la comprensión de los contenidos STEM, sino que forma estudiantes más autónomos, críticos y colaborativos. Cuando los estudiantes enseñan a otros lo que han hecho y aprendido, están demostrando el nivel más alto de comprensión: el conocimiento transformado en acción colectiva.